miércoles, agosto 13, 2008

Odio los gritos, esos que vienen y van, esos momentos en lo que te tapas los oídos y deseas no escuchar más, cantar, hablar pero que se fuerte, sólo eso, escuchar tu voz, sólo tu voz, nada más, no más de ruidos, no más de gritos, no más de esos momentos que tanto te asustan, te atemorizan de la formas más cruel que puede haber. Pero de todas formas hay que reconocer que no siempre uno puedo evitar el escuchar, es más, casi nunca uno puede lograrlo, aunque lo desees con todo tu corazón, no hay voz más fuerte que aquella que te aturde con reproches, con sólo retos, aquella que sólo ocasiona dolor, dolor y miedo, dolor y terror, hasta por momentos te hace sentir inútil, más inútil que nunca, hasta más inútil que aquella vez rompiste 5 platos juntos, más inútil que habiendo desaprobado exámenes de matemática, geografía, historia y hasta de música.

2 comentarios:

Franco dijo...

beeeeeeeeeeeeeeeso negra

Camila dijo...

solía escuchar ese tipo de gritos, ahora ya por suerte no tanto
te amo